REFLEXIÓN - LA VOLUNTAD DE UBALDO


LA VOLUNTAD DE UBALDO


Ubaldo quedó huérfano de madre el mismo día que nació y su padre lo abandonó cuando todavía era un niño.  Su vida, durísima, la mitigó con la esperanza de llegar a ser un profesional: soñaba con ser médico, abogado, ingeniero, bombero… Pero las necesidades eran múltiples y sus recursos escasos.

Contra todos sus derechos, a tierna edad empezó a trabajar, primero como lustrabotas y luego en un sinnúmero de oficios: albañil, carpintero, gasfitero, mensajero.  El poco dinero que ganaba le servía para comer e irse educando.  Con la ayuda de algún maestro y uno que otro compañero de estudios, logró terminar la secundaria.

Como bachiller quiso seguir una carrera, pero era meta inalcanzable para sus posibilidades económicas.  Por eso no dudó en aceptar un puesto de ayudante de limpieza en la universidad.  Su desempeño y ejemplar respeto hacia los demás le granjearon la buena voluntad de las autoridades.  Al ser ascendido a conserje le adjudicaron una pequeña caseta dentro del campus, donde podía vivir sin pagar alquiler.

Juntando centavos y haciendo ingentes esfuerzos, culminó su carrera de médico y pasó a trabajar en el hospital.  Allí llegó su padre, gravemente enfermo.  Ubaldo lo recibió, lo trató e hizo todo lo necesario para salvarlo.  Cuando se recuperó, se lo llevó a su confortable departamento, donde todavía viven padre e hijo, arrepentido aquél,  orgulloso de sus logros éste.-


REFLEXIÓN

Hay situaciones en la vida en las que debemos afrontarlo todo por nosotros mismos, sin esperar el apoyo de nadie.  Bien es cierto que el amor de los padres da soporte a todos los esfuerzos que despleguemos, pero también es verdad que si ellos faltan debemos seguir adelante.

PENSAMIENTOS 

*         La perseverancia rompe obstáculos.
*         De nada sirve albergar el resentimiento si el corazón es bondadoso.
*         En cualquier circunstancia, un padre es un padre.